lunes, 3 de octubre de 2016

FLAMENCOS DEL ALTIPLANO: Los Misterios de un Ave Migratoria. -



  - Estudios señalan que el flamenco es la especie más antigua de las aves y apareció en el planeta hace 135 millones de años, antes que el ser humano.
  - CENSO de CONAF contabilizó 8.736 flamencos en Atacama el 2015.

9 de octubre de 2013, 13:30 horas. A 3.700 metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m.). El panorama es hermoso: más de 50 flamencos, a paso cansino, hunden su pico en el agua y comen en el bofedal   “Laguna Santa Rosa”. Algunos levantan levemente su cabeza y nos miran, no se inmutan, y siguen con su rutina diaria, quizás la misma que tenían hace millones de años. Como telón de fondo el “Nevado Tres Cruces” corona el paisaje agreste y le confiere un majestuoso marco de inigualable belleza.

Los dos atacameños (Danilo y Jeison) se miran y parecen decirse, “lo que nos habíamos perdido”, mientras la turista norteamericana (Leonor) que nos acompaña exclama: ¡beutiful! y comienza a manipular su cámara fotográfica sin parar. Al observar su entusiasmo e impresión ante tan magnífica panorámica murmuro “esto es lo que deben apreciar las generaciones futuras”. Nadie me escucha, pues están ensimismados, absortos ante tan bello fenómeno natural, pero tengo la certeza que todos ellos comparten mi pensamiento.


FLAMENCOS DEL ALTIPLANO.

En el altiplano atacameño habitan tres especies de flamencos, de las cinco que hay en el planeta: el Flamenco Chileno (Phoinecopterus chilensis), la Parina Grande (Phoenicoparrus andinus) o Flamenco Andino y la Parina Chica (Phoenicoparrus jamesis) o Flamenco de James, cuyo hábitat representa su zona de concentración y alimentación estival.

Los flamencos pertenecen a la familia de los Phoenicopteridae y las especies se diferencian entre sí por su tamaño y coloración, sin embargo, todas representan tonalidades blanco-rosado, por lo que a distancia es difícil distinguirlas, sin embargo, para las personas que quieran reconocer cada especie deben fijarse preferentemente en sus picos y patas. El Flamenco Chileno posee un pico blanco-rosado y negro y sus patas tonalidades celestes-grisáceas, mientras que en la Parina Grande su pico es predominante negro con un poco de amarillo y sus patas amarillas con articulaciones anaranjadas. Finalmente, la Parina Chica tiene el pico amarillo-anaranjado y su punta es negra y sus patas son de color rojo (www.redflamencos-gcfa.org).

El pico de estas aves, ancho y curvo, tiene en su interior gran cantidad de laminillas córneas o cerdas que filtran el alimento cuando el agua fangosa pasa a través de ellas, y así retienen y obtienen sólo los organismos necesarios que constituyen su alimento, compuesto por algas (diatomeas), bacterias, larvas de insectos y diminutos crustáceos. Su color rosado, anaranjado y/o rojo alcanza su mayor esplendor después de los tres años de edad.

Sus patas y cuello largo permiten su forma de vida, pues así pueden desplazarse en las ciénagas, pantanos, bofedales, lagunas y ríos, adquiriendo su alimento. También, en raras ocasiones, han sido observadas en playas de la zona. Cerca de Chañaral existe una playa denominada “Flamenco” y no es aventurado suponer que su nombre se debe a que ocasionalmente estas aves visitaban dicho lugar.

Para el biólogo, Héctor Oyarzo Rodríguez y Asesor Técnico del Grupo de Acción Ecológica de Atacama, se puede observar una aparente desproporción entre su cuerpo  y sus grandes alas, que alcanzan a medir hasta dos metros de punta a punta, dando la sensación de aves frágiles, sin embargo, son excelentes voladores, resistentes y su aspecto se vuelve aerodinámico cuando emprenden vuelo, permitiéndoles cubrir grandes distancias en su periplo migratorio. Cuando lo hace en bandadas puede alcanzar una velocidad aproximada de 56 kilómetros por hora.

RUTA MIGRATORIA

Para el profesional, aunque no hay certeza de la ruta migratoria del flamenco, se estima que viene del extremo norte de Chile, específicamente de la zona de salares, lagos y lagunas andinas; donde anida en grandes cantidades y cría sus polluelos. De Atacama es probable que pase a territorio argentino y luego siga su periplo hacia Bolivia y Perú. En forma ocasional el Flamenco Chileno llega a Brasil, principalmente al Lago Dos Peixes.

En realidad –destacó Oyarzo-, en Chile no hay estudios científicos suficientemente acabados que permitan determinar fidedignamente la ruta migratoria de esta ave”.

:La Corporación Nacional Forestal (CONAF) de Atacama señala que entre el 2011 y 2012 realizó un estudio sobre migración del ave a través de mochilas satelitales y los resultados indican que la conducta migratoria de estas aves es errática, no esta bien definida, y la hipótesis que se maneja  apunta a que los flamencos migran según la disponibilidad de alimento que exista en los diferentes lugares donde habita como lagunas y salares de Chile, Argentina, Perú y Bolivia.

ESPECIES EN EL PLANETA

En la tierra existen cinco especies de flamencos (tres de las cuales ya mencionamos) y se estima que apareció en el planeta hace 135 millones de años, antes que el ser humano. El fósil más conocido es el del primitivo flamenco Parascaniornis, que habitó la tierra en tiempos del Cretáceo (135-70 millones de años).

Otra especie corresponde al Flamenco del Caribe (Phoenicopterus ruber ruber). Es una de las especies más grandes y singulares del planeta que habita en Guyana, Colombia, Venezuela y Brasil, aunque sus principales colonias reproductoras están en México, Bahamas, Cuba, Haití, Antillas Holandesas e Islas Galápagos.

Finalmente, encontramos la especie del Flamenco Negro Africano (Phoenicopterus niger), también denominado Flamenco Común (Phoenicopterus roseus) que habita grandes lagos de ese continente y Asia y Europa.

REPRODUCCION

El CENSO de flamencos realizado por CONAF Atacama el 2015 arrojó 8.736 individuos en la Laguna del Negro Francisco y el Salar de Las Parinas, 6.131 y 2.605 respectivamente. La Parina Grande predominó entre las especies pues se contabilizó un total de 5.212 individuos, seguida de la Parina Chica con 2.574 y finalmente el Flamenco Chileno con 848 aves. Existieron 103 individuos que no pudieron clasificarse como una determinada especie, principalmente debido a su lejanía.

Estudios efectuados por dicha corporación señalan que el flamenco no se reproduce masivamente en Atacama, aunque se han detectado sólo cuatro casos de reproducción. En 1986 en el Salar de Piedra Parada, donde anidó la Parina Chica y se contabilizaron 125 polluelos. En 1988 cuando la Parina Grande sacó 145 pollos en el Salar de Maricunga. Los otros dos casos corresponden al año  2008 y 2009 con 70 y 162 polluelos de Parina Chica respectivamente en el Salar de Piedra Parada.

“Las parejas aprovechando su pico corvo, apilan el barro en forma de cono trunco de unos 30 centímetros de altura aproximadamente, en cuyo lugar la hembra deposita un huevo blanco azulado. Macho y hembra  se turnan para cuidar el nido y tardan cerca de un mes en empollar, tiempo en el cual el huevo eclosiona y nace el polluelo, el cual se alimenta de líquidos nutritivos que toma del pico de sus padres”, señala Oyarzo.

“Esta tarea -destaca-, dura varios meses, donde los adultos proporcionan a sus hijos el producto de su recolección de microorganismos y algas que se encuentran en el barro y en el agua de los ríos, lagunas y salares”.

Se ignora porque el flamenco no se reproduce masivamente en Atacama, sin embargo, al parecer, lo hace cuando las condiciones ambientales son propicias, es decir, en condiciones normales de lluvia, alimentación y sin indicios de contaminación de sus hábitats.

El profesional estima que el Flamenco Chileno no nidificó en el año 1986 y 1988, debido a una interacción negativa por el espacio con la Parina Grande, que es mayoritaria en cuanto a número en el altiplano.

Cabe señalar que el Flamenco Chileno habita desde la Región de Arica y Parinacota (XV Región) a la Región de Magallanes y Antártica Chilena (XII Región). En Cambio, la Parina Grande y la Parina Chica en las tres primeras regiones del país más la de Arica y Parinacota. Los flamencos están categorizados como “Vulnerables” en el Libro Rojo de los Vertebrados Terrestres de Chile, y si no se cuida su hábitat y la intervención humana es desmedida podría pasar a la categoría “en peligro de extinción”.

DEPREDADORES: ZORRO Y HALCON PEREGRINO

Prácticamente sin depredadores naturales, salvo el Zorro Culpeo y el Halcón Peregrino, que comen sus huevos y polluelos, el flamenco sólo se ve amenazado por la acción antrópica (humana) que en el altiplano de Atacama corresponde a faenas mineras, turismo inapropiado y explotación de lagunas y salares, básicamente por extracción ilegal de agua y/o afectación de napas subterráneas. Ya en 1996 el GAEDA destacaba que: “el uso consuntivo del agua, la alteración de los salares, ríos y lagunas cordilleranas y la contaminación producto de las actividades mineras en el área, son los factores que amenazan la supervivencia de estas aves acuáticas”.

Aunque es poco frecuente, debido a la estación en que los turistas y aventureros visitan los humedales, el biólogo en Gestión de Recursos Naturales de CONAF, César Pizarro Gacitúa,  recomienda que en circunstancias que exista  nidificación las personas no se acerquen a menos de 800 metros de la ribera de lagunas y salares, vistan ropa clara, no hacer ruido y si las aves levantan sus alas retirarse en forma inmediata, pues es señal que volaran y al hacerlo dejen de empollar y abandonan definitivamente el nido.

Según el biólogo Héctor Oyarzo Rodríguez, en otros países se produce el fenómeno del saturnismo, es decir, envenenamiento por plomo al ingerir el flamenco municiones dispersas en los humedales. También  es capturado para venderlo y exportarlo en forma ilegal, principalmente a zoológicos. En Chile la legislación vigente prohíbe su caza, captura, tenencia y comercialización, esta última actividad además esta regulada por la Convención Internacional sobre Especies Migratorias (CITES), de la cual Chile es firmante.

“Otros factores -destaca-, que pueden vulnerar su sobrevivencia y el hábitat del flamenco corresponden a fenómenos naturales como copiosas lluvias que destruyen sus nidos al subir los niveles de agua y quedan sumergidos, y la nevazón y el frío intenso que pueden congelar los acuíferos. Esto puede originar que el flamenco muera de inanición o atrapado en el hielo, pues duermen parados en las lagunas en una de sus patas”.

Antecedentes recopilados por el Grupo de Acción Ecológica de Atacama (GAEDA) indican que esta situación es poco habitual pues cuando la época de congelación se avecina, el flamenco inicia su migración, pero puede ocurrir por tormentas intempestivas u otro fenómeno imprevisto para determinada época del año. También pueden ocurrir hechos “fortuitos” como el sucedido en 1996. 

Algunos estudios indican que el Calentamiento Global es un factor que puede hacer peligrar su supervivencia pues produce una escasez de lluvias que son fundamentales para su reproducción, pues ésta no es necesariamente anual, sino cuando ocurren las precipitaciones que producen las condiciones ideales de nidificación y alimentación.

“El Calentamiento Global también puede secar las lagunas, lagos y zonas pantanosas en las que viven los flamencos. Esto puede afectar la cantidad de alcalinización del agua, que cuando se hacen muy ácidas impiden la supervivencia en ese medio”. (Wikipedia, La Enciclopedia Libre: Flamencos).

LA CUERDA DE NYLON

En la Laguna Santa Rosa, ubicada a 150 kilómetros de Copiapó y a 3.700 metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m.) integrante del GAEDA y guardaparque de CONAF salvaron en 1996 de una muerte cierta a un Flamenco Andino o Parina Grande (Phoenicoparrus andinus) que estaba enredado en una cuerda de nylon, semejante a la que usan los pescadores de orilla en el mar.

 El flamenco, un adulto de aproximadamente 1,20 mts. de longitud, tenía su pata izquierda atrapada en dicha cuerda, la cual le impedía caminar, alimentarse y alzar el vuelo, lo que hacia inminente su muerte. Una vez liberado se procedió a curar su pata que presentaba lesiones sin quebraduras, y luego se le reintegró a su medio natural. El hecho fue registrado en el Informativo GAEDA Nº8, editado en mayo de 1996.

Hasta que no se realizan nuevos estudios científicos hay varias interrogantes sin respuesta sobre esta ave del altiplano. Es cierto, se conocen sus hábitos de alimentación, sus lugares de reproducción y las condiciones climáticas y antrópicas que pueden perturbar su existencia, sin embargo, el flamenco aún nos asombra con sus misterios de migración y el porque no nidifica masivamente en Atacama. 

(Jorge Oporto Marín. Periodista. Guía de Turismo).



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