- Estudios señalan que el flamenco es la especie más antigua de las aves
y apareció en el planeta hace 135 millones de años, antes que el ser humano.
- CENSO de CONAF contabilizó 8.736 flamencos en Atacama el 2015.
9 de octubre de 2013, 13:30 horas. A 3.700 metros sobre el
nivel del mar (m.s.n.m.). El panorama es hermoso: más de 50 flamencos, a paso
cansino, hunden su pico en el agua y comen en el bofedal “Laguna Santa Rosa”. Algunos levantan
levemente su cabeza y nos miran, no se inmutan, y siguen con su rutina diaria,
quizás la misma que tenían hace millones de años. Como telón de fondo el
“Nevado Tres Cruces” corona el paisaje agreste y le confiere un majestuoso
marco de inigualable belleza.
Los dos atacameños (Danilo y Jeison) se
miran y parecen decirse, “lo que nos habíamos perdido”, mientras la turista
norteamericana (Leonor) que nos acompaña exclama: ¡beutiful! y comienza a
manipular su cámara fotográfica sin parar. Al observar su entusiasmo e
impresión ante tan magnífica panorámica murmuro “esto es lo que deben apreciar
las generaciones futuras”. Nadie me escucha, pues están ensimismados, absortos
ante tan bello fenómeno natural, pero tengo la certeza que todos ellos comparten
mi pensamiento.
FLAMENCOS DEL ALTIPLANO.
En el altiplano atacameño habitan tres
especies de flamencos, de las cinco que hay en el planeta: el Flamenco Chileno
(Phoinecopterus chilensis), la
Parina Grande (Phoenicoparrus andinus) o Flamenco Andino y la Parina Chica
(Phoenicoparrus jamesis) o Flamenco de James, cuyo hábitat representa su zona
de concentración y alimentación estival.
Los flamencos pertenecen a la familia
de los Phoenicopteridae y las especies se diferencian entre sí por su tamaño y
coloración, sin embargo, todas representan tonalidades blanco-rosado, por lo
que a distancia es difícil distinguirlas, sin embargo, para las personas que
quieran reconocer cada especie deben fijarse preferentemente en sus picos y
patas. El Flamenco Chileno posee un pico blanco-rosado y negro y sus patas
tonalidades celestes-grisáceas, mientras que en la Parina Grande su
pico es predominante negro con un poco de amarillo y sus patas amarillas con
articulaciones anaranjadas. Finalmente, la Parina Chica tiene el pico amarillo-anaranjado
y su punta es negra y sus patas son de color rojo (www.redflamencos-gcfa.org).
El pico de estas aves, ancho y curvo,
tiene en su interior gran cantidad de laminillas córneas o cerdas que filtran
el alimento cuando el agua fangosa pasa a través de ellas, y así retienen y obtienen
sólo los organismos necesarios que constituyen su alimento, compuesto por algas
(diatomeas), bacterias, larvas de insectos y diminutos crustáceos. Su color
rosado, anaranjado y/o rojo alcanza su mayor esplendor después de los tres años
de edad.
Sus patas y cuello largo permiten su
forma de vida, pues así pueden desplazarse en las ciénagas, pantanos,
bofedales, lagunas y ríos, adquiriendo su alimento. También, en raras
ocasiones, han sido observadas en playas de la zona. Cerca de Chañaral existe
una playa denominada “Flamenco” y no es aventurado suponer que su nombre se
debe a que ocasionalmente estas aves visitaban dicho lugar.
Para el biólogo, Héctor Oyarzo
Rodríguez y Asesor Técnico del Grupo de Acción Ecológica de Atacama, se puede
observar una aparente desproporción entre su cuerpo y sus grandes alas, que alcanzan a medir
hasta dos metros de punta a punta, dando la sensación de aves frágiles, sin
embargo, son excelentes voladores, resistentes y su aspecto se vuelve
aerodinámico cuando emprenden vuelo, permitiéndoles cubrir grandes distancias
en su periplo migratorio. Cuando lo hace en bandadas puede alcanzar una
velocidad aproximada de 56
kilómetros por hora.
RUTA MIGRATORIA
Para el profesional, aunque no hay
certeza de la ruta migratoria del flamenco, se estima que viene del extremo
norte de Chile, específicamente de la zona de salares, lagos y lagunas andinas;
donde anida en grandes cantidades y cría sus polluelos. De Atacama es probable
que pase a territorio argentino y luego siga su periplo hacia Bolivia y Perú.
En forma ocasional el Flamenco Chileno llega a Brasil, principalmente al Lago
Dos Peixes.
En realidad –destacó Oyarzo-, en Chile
no hay estudios científicos suficientemente acabados que permitan determinar
fidedignamente la ruta migratoria de esta ave”.
:La Corporación Nacional
Forestal (CONAF) de Atacama señala que entre el 2011 y 2012 realizó un estudio
sobre migración del ave a través de mochilas satelitales y los resultados indican
que la conducta migratoria de estas aves es errática, no esta bien definida, y
la hipótesis que se maneja apunta a que
los flamencos migran según la disponibilidad de alimento que exista en los
diferentes lugares donde habita como lagunas y salares de Chile, Argentina,
Perú y Bolivia.
ESPECIES EN EL PLANETA
En la tierra existen cinco especies de
flamencos (tres de las cuales ya mencionamos) y se estima que apareció en el
planeta hace 135 millones de años, antes que el ser humano. El fósil más
conocido es el del primitivo flamenco Parascaniornis, que habitó la tierra en
tiempos del Cretáceo (135-70 millones de años).
Otra especie corresponde al Flamenco
del Caribe (Phoenicopterus ruber ruber). Es una de las especies más grandes y
singulares del planeta que habita en Guyana, Colombia, Venezuela y Brasil,
aunque sus principales colonias reproductoras están en México, Bahamas, Cuba,
Haití, Antillas Holandesas e Islas Galápagos.
Finalmente, encontramos la especie del
Flamenco Negro Africano (Phoenicopterus niger), también denominado Flamenco
Común (Phoenicopterus roseus) que habita grandes lagos de ese continente y Asia
y Europa.
REPRODUCCION
El CENSO de flamencos realizado por
CONAF Atacama el 2015 arrojó 8.736 individuos en la Laguna del Negro Francisco
y el Salar de Las Parinas, 6.131 y 2.605 respectivamente. La Parina Grande predominó entre
las especies pues se contabilizó un total de 5.212 individuos, seguida de la Parina Chica con 2.574 y
finalmente el Flamenco Chileno con 848 aves. Existieron 103 individuos que no
pudieron clasificarse como una determinada especie, principalmente debido a su
lejanía.
Estudios efectuados por dicha
corporación señalan que el flamenco no se reproduce masivamente en Atacama,
aunque se han detectado sólo cuatro casos de reproducción. En 1986 en el Salar
de Piedra Parada, donde anidó la Parina Chica y se contabilizaron 125 polluelos.
En 1988 cuando la Parina Grande
sacó 145 pollos en el Salar de Maricunga. Los otros dos casos corresponden al
año 2008 y 2009 con 70 y 162 polluelos
de Parina Chica respectivamente en el Salar de Piedra Parada.
“Las parejas aprovechando su pico corvo,
apilan el barro en forma de cono trunco de unos 30 centímetros de
altura aproximadamente, en cuyo lugar la hembra deposita un huevo blanco
azulado. Macho y hembra se turnan para
cuidar el nido y tardan cerca de un mes en empollar, tiempo en el cual el huevo
eclosiona y nace el polluelo, el cual se alimenta de líquidos nutritivos que
toma del pico de sus padres”, señala Oyarzo.
“Esta tarea -destaca-, dura varios
meses, donde los adultos proporcionan a sus hijos el producto de su recolección
de microorganismos y algas que se encuentran en el barro y en el agua de los
ríos, lagunas y salares”.
Se ignora porque el flamenco no se
reproduce masivamente en Atacama, sin embargo, al parecer, lo hace cuando las
condiciones ambientales son propicias, es decir, en condiciones normales de
lluvia, alimentación y sin indicios de contaminación de sus hábitats.
El profesional estima que el Flamenco
Chileno no nidificó en el año 1986 y 1988, debido a una interacción negativa
por el espacio con la Parina Grande,
que es mayoritaria en cuanto a número en el altiplano.
Cabe señalar que el Flamenco Chileno
habita desde la Región de Arica y Parinacota (XV Región) a la Región de Magallanes y
Antártica Chilena (XII Región). En Cambio, la Parina Grande y la Parina Chica en las tres
primeras regiones del país más la de Arica y Parinacota. Los flamencos están
categorizados como “Vulnerables” en el Libro Rojo de los Vertebrados Terrestres
de Chile, y si no se cuida su hábitat y la intervención humana es desmedida
podría pasar a la categoría “en peligro de extinción”.
DEPREDADORES: ZORRO Y HALCON PEREGRINO
Prácticamente sin depredadores
naturales, salvo el Zorro Culpeo y el Halcón Peregrino, que comen sus huevos y
polluelos, el flamenco sólo se ve amenazado por la acción antrópica (humana)
que en el altiplano de Atacama corresponde a faenas mineras, turismo
inapropiado y explotación de lagunas y salares, básicamente por extracción ilegal
de agua y/o afectación de napas subterráneas. Ya en 1996 el GAEDA destacaba
que: “el uso consuntivo del agua, la alteración de los salares, ríos y lagunas
cordilleranas y la contaminación producto de las actividades mineras en el
área, son los factores que amenazan la supervivencia de estas aves acuáticas”.
Aunque es poco frecuente, debido a la
estación en que los turistas y aventureros visitan los humedales, el biólogo en
Gestión de Recursos Naturales de CONAF, César Pizarro Gacitúa, recomienda que en circunstancias que exista nidificación las personas no se acerquen a
menos de 800 metros
de la ribera de lagunas y salares, vistan ropa clara, no hacer ruido y si las
aves levantan sus alas retirarse en forma inmediata, pues es señal que volaran
y al hacerlo dejen de empollar y abandonan definitivamente el nido.
Según el biólogo Héctor Oyarzo
Rodríguez, en otros países se produce el fenómeno del saturnismo, es decir,
envenenamiento por plomo al ingerir el flamenco municiones dispersas en los
humedales. También es capturado para
venderlo y exportarlo en forma ilegal, principalmente a zoológicos. En Chile la
legislación vigente prohíbe su caza, captura, tenencia y comercialización, esta
última actividad además esta regulada por la Convención
Internacional sobre Especies Migratorias (CITES), de la cual
Chile es firmante.
“Otros factores -destaca-, que pueden
vulnerar su sobrevivencia y el hábitat del flamenco corresponden a fenómenos
naturales como copiosas lluvias que destruyen sus nidos al subir los niveles de
agua y quedan sumergidos, y la nevazón y el frío intenso que pueden congelar
los acuíferos. Esto puede originar que el flamenco muera de inanición o
atrapado en el hielo, pues duermen parados en las lagunas en una de sus patas”.
Antecedentes recopilados por el Grupo
de Acción Ecológica de Atacama (GAEDA) indican que esta situación es poco
habitual pues cuando la época de congelación se avecina, el flamenco inicia su migración,
pero puede ocurrir por tormentas intempestivas u otro fenómeno imprevisto para
determinada época del año. También pueden ocurrir hechos “fortuitos” como el
sucedido en 1996.
Algunos estudios indican que el
Calentamiento Global es un factor que puede hacer peligrar su supervivencia
pues produce una escasez de lluvias que son fundamentales para su reproducción,
pues ésta no es necesariamente anual, sino cuando ocurren las precipitaciones
que producen las condiciones ideales de nidificación y alimentación.
“El Calentamiento Global también puede
secar las lagunas, lagos y zonas pantanosas en las que viven los flamencos.
Esto puede afectar la cantidad de alcalinización del agua, que cuando se hacen
muy ácidas impiden la supervivencia en ese medio”. (Wikipedia, La Enciclopedia Libre: Flamencos).
LA CUERDA DE NYLON
En la Laguna Santa Rosa, ubicada a 150 kilómetros de
Copiapó y a 3.700
metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m.) integrante del
GAEDA y guardaparque de CONAF salvaron en 1996 de una muerte cierta a un
Flamenco Andino o Parina Grande (Phoenicoparrus andinus) que estaba enredado en
una cuerda de nylon, semejante a la que usan los pescadores de orilla en el
mar.
El flamenco, un adulto de aproximadamente 1,20
mts. de longitud, tenía su pata izquierda atrapada en dicha cuerda, la cual le
impedía caminar, alimentarse y alzar el vuelo, lo que hacia inminente su
muerte. Una vez liberado se procedió a curar su pata que presentaba lesiones
sin quebraduras, y luego se le reintegró a su medio natural. El hecho fue
registrado en el Informativo GAEDA Nº8, editado en mayo de 1996.
Hasta que no se realizan nuevos
estudios científicos hay varias interrogantes sin respuesta sobre esta ave del
altiplano. Es cierto, se conocen sus hábitos de alimentación, sus lugares de
reproducción y las condiciones climáticas y antrópicas que pueden perturbar su
existencia, sin embargo, el flamenco aún nos asombra con sus misterios de
migración y el porque no nidifica masivamente en Atacama.
(Jorge Oporto
Marín. Periodista. Guía de Turismo).
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