lunes, 13 de junio de 2011

¿LA ULTIMA EXTINCION?

Los  últimos censos de guanacos demuestran que éstos camélidos disminuyen paulatinamente en Atacama y han sido declarados “en peligro de extinción”. El CENSO del 2008 contabilizó 150 ejemplares, mientras que el realizado el 2009  contabilizó sólo treinta guanacos, ambos censos realizados en el Parque Nacional Pan de Azúcar, es decir, una disminución extremadamente preocupante.

Por Jorge Oporto Marín


Los expertos señalan que esta situación obedece a la caza furtiva y al ataque de perros asilvestrados que los matan para alimentarse, sin embargo, también debe indicarse que el guanaco esta siendo confinado por la acción antrópica a territorios cada vez más reducidos, ya sea por la instalación de nuevas faenas industriales y económicas, y a la expansión de poblados, como también por  la construcción de caminos y carreteras doble vías.

El guanaco es el mamífero más grande del territorio nacional y en sus mejores tiempos plago por miles el altiplano y la precordillera del norte de Chile, como aún sucede en la pampa magallánica.

Su rol ecológico permite el equilibrio de las cadenas tróficas y en el pasado fue sustento de los pueblos originarios, quienes aprovechaban su carne como alimento y su piel para vestimenta y abrigo.

En el extremo sur del país hay otra especie en peligro de extinción: los alacalufes o Kaweskar. Corría el año 1979 y me embarqué en la barcaza “El Águila” de la Armada de Chile que cubría un operativo cívico-militar por los canales australes del Chile. En Caleta Tortel conocí a los últimos descendientes puros de los Kaweskar, quienes vendían minicanoas hechas con piel de lobo y punta de arpones confeccionados de hueso de dicho mamífero. Era su forma de sustento junto con la pesca y la recolección de mariscos. Los que ayer dominaban el territorio austral y navegaban libremente por los canales del extremo sur, fueron acorralados por la expansión del nacional  y/o colonización chilena, por las enfermedades que desconocían y portadas por el colonizador y por el abandono de sucesivos gobiernos que no implementaron políticas de protección y desarrollo de los pueblos originarios.

Hoy, los Kaweskar parecen seguir el mismo camino que sus hermanos ONAS, cuya última descendiente pura murió en 1999 (Virginia Choinquitel).

Acorralados, invadidos, sin espacio vital para vivir y abandonados a su suerte, los Kaweskar están “en peligro de extinción”.

La especie humana debe ser la única en el planeta que no sólo extermina a aves, mamíferos y anfibios, sino que también hermanos de su misma especie. ¿Serán éstas las últimas extinciones que veremos o aún estamos a tiempo de hacer algo?

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