sábado, 25 de mayo de 2019

TORTUGAS EN BAHÍA CHASCO: SU PROTECCIÓN ES TAREA DE TODOS





No existe un registro certero de cuando un ejemplar de Tortuga Verde  (Chelonia mydas), conocida también como Tortuga Blanca o Tortura Negra, fue avistado en Bahía Chasco, comuna de Copiapó, sin embargo, su presencia en el litoral atacameño fue reportada por primera vez en 1782.

Es una de las siete especies marinas que habita el planeta, junto con la Tortuga Laud o Baula (Dermochelys coriácea),  Tortuga Carey (Eretmochelys imbricata), Tortuga Cabezona o Caguama (Caretta caretta), Tortuga Lora o Kempi (Lepidochelys kempii), Tortiga Golfina o Losa (Lepidochelys olivácea) y Tortuga Franca Austral o Kikila Australiana (Natator depressus).

La Tortuga Verde se encuentra habitualmente en zonas o regiones tropicales y, esporádicamente, en zonas subtropicales, aunque existen avistamientos desde la costa de Arica hasta Chiloé, y en el extremo sur como Isla Desolación e Isla Navarino, e incluso en islas oceánicas como Juan Fernández y Rapa Nui.

No obstante, son reportes ocasionales que no han permitido un estudio científico y acabado sobre la especie, al contrario de lo ocurrido en Atacama.

Desde el año 2014 la ONG Ambientalista “Qarapara”, que en voz quechua significa “tortuga”, ha realizado  un estudio sistemático y científico sobre la especie y logro determinar la existencia de una colonia de 24 ejemplares juveniles, que vienen de las Islas Galápagos, es decir, han recorrido más de 3 mil kilómetros, y vienen a alimentarse. 

La Directora de la ONG Qarapara, Bióloga Marina, Carol Medrano Martínez, señaló: “ Bahía Chasco es una zona de gran biodiversidad y en ella la tortuga encuentra un alimento que forma parte importante en su dieta denominado Pasto Marino (Zostera chilensis)” y algas, lo que unido a algunas características de la bahía, como su amplitud, escasa profundidad y no contaminada, contribuyen a que esta colonia perdure en el sector. Cabe señalar que la tortuga en su época juvenil y adulta es exclusivamente herbívora, mientras que en etapas previas comen pequeños crustáceos y peces

“Hemos determinado - agregó -, que sus medidas morfológicas y su peso corresponden a juveniles, que estudios de marcaje-recaptura implican que éstas permanecen en el área durante años  (datos de recapturas de hasta cinco años, que corresponden al periodo de trabajo que Qarapara realiza en la zona) y los estudios genéticos confirman que vienen de las Islas Galápagos”. (Ecuador).

También determinaron que es la congregación costera más austral del Pacífico Suroriental y se está incrementando pues han llegado nuevos ejemplares al área.

Estudios anteriores (J.L. Brito 2007) estipulan que en la década de1980 se había detectado una población entre 3 y 15 individuos, lo que comparado con las cifras actuales indican un aumento considerable que podría ser atribuido a las condiciones de la bahía,  pero es una hipótesis que debe ser comprobada científicamente.

Las tortugas marinas tienen una gran conexión con el lugar en que nacen, es decir, regresan a desovar (poner sus huevos) a su playa natal a pesar de migrar miles de kilómetros, ya sea para alimentarse o parearse. Existen registros de la Tortuga Laud que ha recorrido hasta 6 mil kilómetros  en su ruta migratoria y alcanzado una profundidad de mil 300 metros. Cabe señalar que las tortugas deben  salir a la superficie del mar para respirar y así llevar oxígeno a sus pulmones. Pueden permanecer hasta 5 minutos sumergidas mientras buscan alimento o escapan de algún depredador, sin embargo, pueden descansar varias horas e incluso dormir bajo el agua. La capacidad de retención del oxígeno está directamente relacionada con la actividad que realicen y/o  el estrés que sufran.

Estudios señalan que utilizan diferentes mecanismos de orientación en sus rutas migratorias, entre ellos, la detección de campos geomagnéticos, información química transportada por las corrientes oceánicas y la detección de la dirección de distintas corrientes marinas  y del oleaje.

Los expertos estiman que esto lo adquieren desde el momento en que rompen el cascaron del huevo y se dirigen, inmediatamente, al mar.

Por esto, los sitios o zonas de alimentación deben ser protegidos y tener un buen manejo y conservación para asegurar la sobrevivencia de los ejemplares  que deben retornar a sus sitios de reproducción y nidificación. Esto es, sin duda, no sólo tarea de los organismo fiscalizadores que velan por la protección y conservación de las tortugas marinas, sino que también de las comunidades que viven en el litoral atacameño y de todas las personas que habitan la región. Cabe señalar que están protegidas por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) y la Convención Interamericana para la Protección y Conservación de las Tortugas Marinas (CIT), de las cuales Chile es firmante.

Todas las tortugas, excepto la Kikila Australiana, están catalogadas “En Peligro de Extinción” o “En Peligro Crítico de Extinción” según la Lista Roja de Especies en Peligro de Extinción de la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN).

Sus principales amenazas son los depredadores naturales que comen sus huevos y las cazan recién nacidas, como cangrejos y aves, y cuando son adultas sufren el ataque de tiburones. Además están expuestas a factores ambientales como  cambios climáticos, huracanes y erosión de playas, pero también a la intervención antrópica, ya sea por su captura para aprovechar su carne y huevos y su caparazón para adorno ornamental, o por  la pesca comercial e incidental, esta última al usar el arte de pesca de arrastre o de cerco y palangre (espinel). Enredadas en ellos las tortugas mueren ahogadas.

Finalmente, está amenazada por la contaminación de químicos, desechos sólidos y líquidos, tanto urbanos como industriales (bolsas nylon y embases plásticos que los confunden con alimentos) y las construcciones en playas que reducen e impactan su hábitat terrestre y generan contaminación lumínica, la cual las desorientan y pueden no encontrar su lugar de desove o alimentación. (por Jorge Oporto Marín. Periodista - Guía de Turismo).




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lunes, 3 de octubre de 2016

FLAMENCOS DEL ALTIPLANO: Los Misterios de un Ave Migratoria. -



  - Estudios señalan que el flamenco es la especie más antigua de las aves y apareció en el planeta hace 135 millones de años, antes que el ser humano.
  - CENSO de CONAF contabilizó 8.736 flamencos en Atacama el 2015.

9 de octubre de 2013, 13:30 horas. A 3.700 metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m.). El panorama es hermoso: más de 50 flamencos, a paso cansino, hunden su pico en el agua y comen en el bofedal   “Laguna Santa Rosa”. Algunos levantan levemente su cabeza y nos miran, no se inmutan, y siguen con su rutina diaria, quizás la misma que tenían hace millones de años. Como telón de fondo el “Nevado Tres Cruces” corona el paisaje agreste y le confiere un majestuoso marco de inigualable belleza.

Los dos atacameños (Danilo y Jeison) se miran y parecen decirse, “lo que nos habíamos perdido”, mientras la turista norteamericana (Leonor) que nos acompaña exclama: ¡beutiful! y comienza a manipular su cámara fotográfica sin parar. Al observar su entusiasmo e impresión ante tan magnífica panorámica murmuro “esto es lo que deben apreciar las generaciones futuras”. Nadie me escucha, pues están ensimismados, absortos ante tan bello fenómeno natural, pero tengo la certeza que todos ellos comparten mi pensamiento.

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lunes, 13 de junio de 2011

¿LA ULTIMA EXTINCION?

Los  últimos censos de guanacos demuestran que éstos camélidos disminuyen paulatinamente en Atacama y han sido declarados “en peligro de extinción”. El CENSO del 2008 contabilizó 150 ejemplares, mientras que el realizado el 2009  contabilizó sólo treinta guanacos, ambos censos realizados en el Parque Nacional Pan de Azúcar, es decir, una disminución extremadamente preocupante.

Por Jorge Oporto Marín


Los expertos señalan que esta situación obedece a la caza furtiva y al ataque de perros asilvestrados que los matan para alimentarse, sin embargo, también debe indicarse que el guanaco esta siendo confinado por la acción antrópica a territorios cada vez más reducidos, ya sea por la instalación de nuevas faenas industriales y económicas, y a la expansión de poblados, como también por  la construcción de caminos y carreteras doble vías.

El guanaco es el mamífero más grande del territorio nacional y en sus mejores tiempos plago por miles el altiplano y la precordillera del norte de Chile, como aún sucede en la pampa magallánica.

Su rol ecológico permite el equilibrio de las cadenas tróficas y en el pasado fue sustento de los pueblos originarios, quienes aprovechaban su carne como alimento y su piel para vestimenta y abrigo.

En el extremo sur del país hay otra especie en peligro de extinción: los alacalufes o Kaweskar. Corría el año 1979 y me embarqué en la barcaza “El Águila” de la Armada de Chile que cubría un operativo cívico-militar por los canales australes del Chile. En Caleta Tortel conocí a los últimos descendientes puros de los Kaweskar, quienes vendían minicanoas hechas con piel de lobo y punta de arpones confeccionados de hueso de dicho mamífero. Era su forma de sustento junto con la pesca y la recolección de mariscos. Los que ayer dominaban el territorio austral y navegaban libremente por los canales del extremo sur, fueron acorralados por la expansión del nacional  y/o colonización chilena, por las enfermedades que desconocían y portadas por el colonizador y por el abandono de sucesivos gobiernos que no implementaron políticas de protección y desarrollo de los pueblos originarios.

Hoy, los Kaweskar parecen seguir el mismo camino que sus hermanos ONAS, cuya última descendiente pura murió en 1999 (Virginia Choinquitel).

Acorralados, invadidos, sin espacio vital para vivir y abandonados a su suerte, los Kaweskar están “en peligro de extinción”.

La especie humana debe ser la única en el planeta que no sólo extermina a aves, mamíferos y anfibios, sino que también hermanos de su misma especie. ¿Serán éstas las últimas extinciones que veremos o aún estamos a tiempo de hacer algo?

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TRANSPLANTES UNA OPCIÓN TERAPEUTICA.


Hace algo más de dos año un niño hospitalizado en espera de un corazón para ser transplantado y poder salvar su vida, encendió los corazones de todos los chilenos que se enteraron de la noticia y durante los 3 meses que duró hospitalizado siguieron el caso hasta que falleció. Fue noticia permanente en todos los medios de comunicación.

La falta de un corazón para recuperar la vida de este niño desnudó una realidad hasta ese momento latente en nuestro país y que tiene que ver con el bajo número de donantes que se obtienen, siendo superado en donaciones por muchos países a nivel latinoamericano. Esto provocado, probablemente, por el hecho que las donaciones de órganos a sido instalada como política de salud pública solamente en fecha reciente.
Por: Omar Luz Hidalgo, Médico Pediatra.
Las técnicas de transplantes actualmente son bien conocidas y constituyen una tarea cotidiana en nuestro país y cada día están más cerca de todos nuestros enfermos - durante el año 2009 se realizaron 111 transplantes -, lo que no se equilibra con la dificultad que existe para obtener órganos.

Legalmente la regulación actual sobre transplantes se encuentra contenida de manera general en un articulado del Código Sanitario y existe una definición especial en la Ley Nº19.451 del año 1996, la que en su parte medular especifica que una persona tiene cuatro mecanismos por los cuales puede hacer efectiva la donación después de fallecida. Primero, una declaración firmada ante notario; segundo, se le hace la consulta al momento de obtener o renovar su cédula de identidad; tercero, lo mismo en relación con la licencia de conducir y finalmente una declaración debidamente firmada en el momento de internarse en un hospital.

Dada la conmoción que provocó el hecho mencionado al principio, se aceleraron los estudios de una modificación legal a la forma como se ha estado actuando en la obtención de órganos y en enero de este año entró definitivamente en vigencia la modificación a la mencionada ley. En ella lo más destacable es que toda persona mayor de 18 años que haya fallecido es considerada donante de sus órganos a menos que antes haya manifestado su voluntad de no serlo. Esta decisión puede manifestarse en el Registro Civil, al momento de obtener o renovar la cédula de identidad o licencia de conducir e incluso en el último momento de su vida en el hospital donde se encuentre internado. En caso de dudas se puede preguntar sobre la última voluntad del donante a cercanos como cónyuge, hijos y otros parientes, si entre ellos hay contradicciones, se le considerará donante.

Lo más importante de todo esto es que antiguamente el ser donante requería de una acción activa por parte del probable donador, lo que dificultaba la obtención de órganos. En la actualidad, con la modificación legal esa acción se transformó en pasiva, requiriendo ahora de una acción activa el NO ser donante, lo que da mayores expectativas en cuanto a un incremento real de donantes.

La donación de órganos, desde que el transplante se instaló como una verdadera opción terapéutica, siempre ha tenido una parte que es la más dramática de todo el procedimiento, la extracción de los órganos. Hay que recordar que cuando se realiza esta extracción desde la persona que dona, se está terminando con la vida del donante, lo que plantea al menos una inquietud moral, dado que es la única oportunidad que los médicos ven ingresar a un paciente a su pabellón con la certeza que no lo hacen con el fin de solucionarle un problema, sino como terapia de otros pacientes menos enfermos o complicados que él.

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Glaciar del Cerro El Potro


El glaciar del cerro El Potro es una gran masa de hielo milenario que va de Oeste a Este, desciende desde la misma cumbre principal ( 5.864 m. ) , hasta los 5.200 m. , en el portezuelo limítrofe, desciende hacia Chile y hacia Argentina, es una reserva de agua incalculable, tiene una forma de una gran lengua glacial que alcanza unos 3.000 mt. de longitud y 1500 mt. de anchura.
En algunos años cuando ocurren nevadas, la gran cantidad de nieve nueva, aunque es importante, no forma parte del glaciar, pero es indispensable para cubrir como un quitasol al hielo milenario de la destructora radiación solar, esto ocurre por un corto periodo pero contribuye al aumento del caudal del deshielo de verano.
Por Erik Galvez. Guia de Alta Montaña
El glaciar del Cerro el Potro es el más importante de nuestra región y por consiguiente, la reserva de agua más indispensable para el valle de Copiapó, el caudal del deshielo forma el rio Los Helados y a través de unos cuantos kilómetros se une con el rio del Potro, estos dos, son el aporte más significativo del recurso hídrico de nuestro valle, y se requiere la urgencia de realizar una visita inspectiva, ya que como es de conocimiento la escasez de agua ya la estamos viviendo y es labor de nosotros poseer conocimiento de la situación actual y de la importancia del recurso AGUA.
Por la importancia de este tesoro Hídrico, se recomienda realizar una expedición de alta montaña científica e inspectiva lo más urgente posible para evaluar su actual situación, ya que es común que esta zona pudiera estar amenazado por alguna intervención externa a los problemas climáticos y ya no tendremos esta invaluable reserva, además por el costado Este del glaciar pasa el camino del Inca y en su cumbre existen vestigios indígenas que es indispensable proteger en el ámbito cultural y científico, cabe destacar que esta montaña es una belleza turística y atracción de aventurados montañistas y por consiguiente un gran potencial del Turismo-Aventura y Ecológico.

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BALLENAS Y LIBROS ROJOS

Expertos estiman que la Ballena Azul (Balaenoptera musculus), el más grande animal y mamífero vivo que conoce la historia de nuestro planeta, con un máximo de 33 metros de largo y un peso superior a las 100 toneladas, está en peligro de desaparecer pues de las numerosas manadas que habitaban los mares de la tierra, se estima que hoy no sobrepasa los mil ejemplares.

Su “hermana”, la Ballena Minke (Balaenoptera acutorostrata), de 11 metros y 9 toneladas aproximadamente, está en vía de extinción por la caza indiscriminada que aún realizan países como Japón, Noruega e Islandia.

Para evitar la extinción de los diferentes cetáceos que habitan el planeta la Comisión Ballenera Internacional (CBI), donde participan representantes de unos 80 países miembros, debate periódicamente las posibles medidas que pueden aplicarse para evitar el extermino de las ballenas, entre ellas esta la posibilidad de declarara y hacer del Atlántico Sur “una zona libre de matanza de ballenas”.

Sin embargo, los cetáceos son sólo una de las familias de animales amenazadas en Chile y el mundo, pues otras especies sufren y sufrieron la persecución humana que en algunos casos las llevó a su extinción como el Pájaro Dodo (Ranphaftus maculatus), la Paloma Migratoria (Ectopistes migratorius) y el Lobo Marsupial o Tigre de Tazmania (Thylacinus cynocephalus).

En la Región de Atacama, según el “Libro Rojo de los Vertebrados Terrestres de Chile” (1993, Segunda Edición) existen tres mamíferos en peligro de extinción: la Chinchilla Costera (Chinchilla brevicaudata),la Nutria de Mar o “Chungungo” (Lutra felina) y el Puma (Felis concolor); a lo que se debe agregar este año (2011) el guanaco (Lama guanicoe); mientras cinco aves también poseen la misma clasificación: el Suri (Pterocnemia pennata tarapacensis), el Pingüino de Humboldt (Spheniscus Humboldti), la Bandurria (Theristicus caudatus), el Halcón Peregrino (Falco peregrinus anatum) y el Loro Tricahue (Cyamoliseus patagonus byroni), aunque expertos señalan que esta última ave ya está extinta en la Región. El libro citado no registra antecedentes sobre reptiles, anfibios y peces en dicha categoría, no obstante, hay sospecha que el bufo atacamensis, sapo endémico de la zona, podría estar en peligro de extinción.

Pero estas especies de la fauna de Atacama no son las únicas en peligro de extinción, este fenómeno también afecta a su flora. Según el “Libro Rojo de la Flora Nativa y de los Sitios Prioritarios para su Conservación: Región de Atacama” (marzo 2008) indica que existen 26 especies en peligro de extinción, entre las cuales esta la conocida Garra de León (Leontochir ovallei), el Algarrobo (Prosopis chilensis) y la Chachacoma (Senecio eriophyton).

Ante esta situación la comunidad local no debe permanecer indiferente. Una de las formas de cuidar y proteger la fauna y flora de Atacama es estar informado de cuales son las especies en peligro de extinción y/o amenazadas y saber que cada una de ellas cumple un rol ecológico y forma parte de un ecosistema que puede ser alterado o dañado por la desaparición de cada una de estas especies. Quizás el caso más emblemático de la destrucción que produce la acción antrópica se manifiesta en toda su rudeza cuando se produce el fenómeno denominado “Desierto Florido”. Aunque es un paisaje de innegable belleza y colorido, e incluso es explotado por el turismo, las personas lo destruyen arrancando las flores o pasando sobre ellas con máquinas todo terreno, o simplemente contaminándolo con desechos de bebidas, bolsas, papeles y otros desperdicios.

La comunidad local debe cuidar y proteger la flora y fauna de Atacama si queremos dejar para las generaciones futuras las mismas bellezas naturales que aún podemos apreciar y disfrutar y que de alguna forma mejoran nuestra calidad de vida y nos proporcionan un vivificante bienestar.

El daño que el ser humano causa al medio ambiente, a su entorno, implica que está vulnerando su propia existencia, no sólo aquella de las especies que persigue, elimina o contamina, sino porque en definitiva está hipotecando, a corto plazo, la supervivencia misma del planeta.

Jorge Oporto Marín. Periodista y Guía de Turismo. Presidente del Grupo de Acción Ecológica de Atacama (GAEDA).

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